La Perla
Desde la antigüedad tanto las piedras preciosas como las perlas han sido utilizadas como talismanes. Los “mitos y supersticiones” que giran en torno a las perlas son muchos. Pero la realidad es que son una excelente alternativa para el día más especial. Su color y elegancia las convierte en un elemento imprescindible en cualquier boda. Iluminan el rostro de la novia como no lo haría ninguna otra gema. Es la única gema que tiene orgánico formándose en el interior de un molusco u ostra como reacción a un cuerpo extraño.
Ya los romanos demostraron la predilección por esta gema considerándola exclusiva de la realeza y prohibiendo su uso a quienes no fueran dignos de llevarlas. Posteriormente sólo fueron asequibles para élites pequeñas, entre las que se encontraban los aristócratas, ya que su recolección de las profundidades del mar era francamente difícil y costosísima. Eran perlas naturales que en su mayoría no destacaban precisamente por su belleza. Esta leyenda negra fue reforzada por la idea sudamericana que las consideraba “lágrimas del océano” pensando erróneamente que podían atraer llanto al matrimonio.
A principios del siglo XX en Japón ocurrió algo que cambió este panorama. Se empezaron a cultivar abaratando tanto los coste de producción y perfeccionado tanto su calidad y pureza que hoy en día resultan en un montón de variedades absolutamente asequibles para cualquier bolsillo.
Ahora la decisión es tuya…y por si esto no te ayudara, no nos podemos olvidar de que la perla refleja sabiduría, pureza y amor. Es tan femenina que refleja justo las cualidades de la compañera de vida perfecta: virtud, generosidad, paciencia, fidelidad, pureza de mente y alma. De hecho en el hinduismo la perla tiene un papel determinante durante la ceremonia del matrimonio confiriéndole un carácter sagrado a esa unión.
En nuestra Joyería, las novias que se decantan por las perlas, eligen blancas o doradas, redondas o de lágrima, que lucen fabulosas en sintonía con su vestido, tono de piel y peinado. No solamente en bodas clásicas y elegantes sino en ambientes más vintage o informales.
En ocasiones conseguimos que los pendientes sean desmontables para darles todas las posibilidades en la vida diaria, teniendo en cuenta que se han cargado con toda la energía y vitalidad de ese día. Cada vez que los vuelvas a utilizar recordarás todas esas sensaciones maravillosas.
Estamos seguros de que te hemos convencido. Al final te vas a decantar por tus pendientes de perla. Pues aquí van unos consejos para su cuidado ya que las perlas son porosas. Cuidado con rociarlas con perfumes y líquidos agresivos. Debemos hacer que perdure su lustre como el primer día guardándolas en un paño limpio que las proteja, pues los estuches de cuero las opacan.
Te podemos ayudar.
Pilar Monreal